Los chicos de 7º y la seño Rosalba recorren los caminos de la poesía. Para que no vayan solos, los dejamos en compañía de:
Ema Wolf: El mensajero olvidadizo.
Les Luthiers: El rey enamorado
Esta es la transcripción de la letra:
Narrador: (En off) A continuación, un fragmento del drama "Enrique VI", de William Shakehands. Escena séptima del cuadro tercero del acto primero: el Rey Enrique VI ha rezado la novena en su cuarto; después de unos segundos atraviesa la quinta.
(Aparecen en escena el Rey y el Juglar)
Rey: Ven, juglar, acerquémonos al balcón de María para darle una serenata. María, María, mírala… ¡Que bella plebeya! ¿Debo abdicar al trono por amor a ella? ¿Vale acaso más una fría corona que un solo reflejo de sol en los dorados cabellos de María Blessing?
Juglar: Y… más o menos…
Rey: ¡Oh, dolientes espíritus! ¡Oh, sempiternos gemidos! Acudid en mi ayuda, decidme qué debo hacer en este momento aciago… ¡Así hago algo…! Mira, juglar, mira la calavera. ¿Sabes a quién perteneció? ¿Lo sabes, lo reconoces? (Jorge niega con la cabeza)
Rey: Es cierto, está un poco demacrado. En vida fue Jerry, el bufón. Su vida fue una fastuosa juerga, una interminable tropelía…
Juglar: ¡Picarón!
Rey: ¿Sabes por qué su descarnada boca permanece muda? Porque calavera no chilla. ¡Oh, oh gloriosos antepasados, ayudadme! Apiádate de mí, tú, Godofredo, el Mulo, príncipe normando célebre por el hallazgo de Abdulamán en las cruzadas… veintiuno horizontal, nueve letras… ¡María, María! ¡La corona, la corona…! ¿Pero qué importa una corona si el resto de la dentadura está sana? El trono, la gloria vana, el oropel vacuo… ¡Mira, mira, juglar! Mira la estatua que me inmortaliza sobre brioso corcel… Yo, en mi vanidad, ordené que gastaran los dineros del reino en una estatua ecuestre… “Cuestre lo que cuestre”. Mira, mira las figuras: el rey, el caballo… sólo falta la sota. Por los acantilados de Dover navega Eric, el Rojo, con la codicia en los ojos y una flor en el pullover. María, María, dime: ¿Por qué tanta ternura rodeada de tanta insidia, mezquindad y cuchicheos? Que el duque de Boicharment y el marqués de Coligny se reunieron en Calais para concertar una alianza… ¡Ja, qué ingenuidad! Asustar a un inglés con la alianza francesa. ¿Franceses a mí? Todavía recordarán aquél durísimo encuentro junto al Arco de Triunfo. ¡Qué memorable jornada! Chateauvieux, Fouchèe, Petitfour… uno tras otro fui eliminando a mis rivales, y ya solo frente al arco... ¿Pero qué cobró? ¿Qué cobró tantas vidas? ¿Qué segó tantos sueños? ¡El poder! ¡El trono! ¿El trono o María? Al fin y al cabo el trono lo quiero para posarme sobre él y satisfacer mis deseos, los más sublimes y los más perversos. En cambio a María la quiero para… ¡Caramba, qué coincidencia! Ven, juglar, acércate. Mira, quisiera cantarle a María pero el destino me ha castigado con dura mano en mi inspiración musical. Ruégote, ponle música a mis inspirados versos a María.
(El Juglar comienza a tocar una mandolina y repite con música los versos del Rey)
Rey: Por ser fuente de dulzura
Juglar: Por ser fuente de dulzura
Rey: Por ser de rosas un ramo
Juglar: Por ser de rosas un ramo
Rey: Por ser nido de ternura, oh, María, yo te amo
Juglar: Por ser nido de ternura, oh, María, yo te amo
(El Rey mira indignado al Juglar y le dice en voz baja que es él quien ama a María, por lo que el Juglar rectifica de inmediato)
Juglar: ¡Oh, María, él la ama!
Rey: Ámame como yo te amo a ti
Jorge Maronna: Ámelo, como él la ama a usted
Rey: Y los demás envidiarán nuestro amor
Juglar: Mmm… y todos nosotros envidiaremos el amor de ustedes
Rey: Oh, mi amor, María mía
Juglar: Oh, su amor, María suya…
Rey: Mi brillante, mi rubí
Juglar: Su brillante surubí
Rey: Mi canción, mi poesía, nunca te olvides de mí
Juglar: Su canción, su poesía, nunca se olvide de... su
Rey: Tú estás encima de todas las cosas, mi vida.
Juglar: Usted está encima de todas las cosas subida
Rey: Eres mi sana alegría
Juglar: Usted es Susana… eh… María, alegría…
Rey: Mi amor
Juglar: Su amor
Rey: Mi tesoro
Juglar: Su tesoro
Rey: Mímame
Juglar: Súmame… ¡Súmelo!
Rey: Tanto tú, te me metes en lo más hondo de mí…
Juglar: Tanto usted…
Rey: …que ya no sé si soy de mí o si soy de ti…
Juglar: Tanto usted…
Rey: …si tú me amaras a mí, amarías en mí aquello que amamos nosotros y envidiáis vosotros y ellos…
Juglar: ¡Ámelo!
Rey: Cuando miras con desdén
Juglar: Cuando mira con desdén
Rey: Pareces fría, sujeta
Juglar: Parece fría su ... su cara
Rey: Por ser tan grandes tus dones no caben en mí, mi bien
Juglar: Por ser tan grandes sus dones no caben en su soutién.
Rey: ¡No, no!
Juglar: No, no…
Rey: ¡Tunante!
Juglar: Sunante…
Rey: ¡Miserable!
Juglar: Suserable…
Rey: ¡Guardias, a mí!
Juglar: Mmm… ¡Guardias, a él!
(Aparecen en escena los guardias, que se llevan al Rey)
Rey: ¡No, no!
Juglar: No, no, no, no…
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