José Zamba nunca pierde la oportunidad de meterse en problemas. Esta vez, corre peligro en el año 1982, durante la guerra de Malvinas. Como todas las guerras, nos deja un recuerdo triste, un sabor amargo y la firme convicción de que las diferencias entre las personas y los países se arreglan de la misma manera: a través del diálogo.
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